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miércoles, 1 de mayo de 2019

Consideraciones generales sobre la vida



Consideraciones generales sobre la vida

Los pensadores de toda procedencia nos han ofrecido comparaciones o metáforas sobre la “vida”.

Así la vida la han comparado con: un camino, una aventura, un viaje, una empresa, un río, una lucha, un mosaico, una partida de cartas, un velero, una navegación, una experiencia, un aprendizaje, una novela, una obra teatral o una escuela y otras muchas más.

 La vida nos ha sido impuesta, pero se nos ha dado el poder de dirigirla, de gestionarla.

La vida es valiosa en sí, es un valor por sí misma.

En el discurrir de la vida ocurren una sucesión diversa de acontecimientos que sirven a cada uno para evolucionar o para retroceder como personas.

Se dan circunstancias fáciles, difíciles, encrucijadas o situaciones límite. Las difíciles acarrean inevitables sufrimientos.

En la vida nos movemos entre lo que tenemos y lo que nos sucede sin haberlo elegido, que llamamos destino. Hay cosas que podemos cambiar y cosas que no podemos cambiar como la herencia o la propia biología.

Enfrentarse a las circunstancias vitales es la mejor escuela para superarse.

El aprendizaje debe llevar a actuar con eficacia y valentía con firmeza, sin inconstancia.

La única regla absolutamente cierta de la vida es que todo cambia, el tiempo jamás se detiene

La vida como empresa personal

  En cada uno de nuestros actos tenemos la posibilidad de dejar nuestro sello personal.

“La “novela” que todos vivimos sigue siendo un logro creativo incomparablemente mayor que la que alguien haya podido escribir” ha afirmado Viktor Frankl.

En mi vida lo más necesario y urgente es realizar mi proyecto de vida, que se concreta en mi vocación, en realizar aquello que más me gusta y más deseo.

Aunque la persona no obtenga lo que desea o todo lo que desea, ninguna persona es un fracaso.

El fracaso es una parte de la vida que puede ser bueno. Puede servir para tomar mayor conciencia, para analizar con mayor profundidad, para sugerir posibles cambios de conducta.

El psiquiatra vienés Viktor Frankl, de ascendencia judía que pasó por cuatro campos de concentración ha señalado que: “Las reglas del juego de la vida no nos exigen ganar a toda costa, sino nunca dar por perdido el combate”.

La vida dice Miguel de Cervantes es como una moneda se puede usar como se quiera, pero sólo puede gastarse una vez. De aquí la importancia de vivirla con acierto. 

El filósofo José Lasaga en un estudio sobre Ortega y Gasset ha afirmado: “Su vida, lector, o la mía, es un drama que se dispara entre su yo y el mundo en que se encuentra viviendo. El argumento se puede llamar de muchas maneras. Uno de sus nombres es “felicidad” y los actores somos nosotros, vivientes que tenemos que comprender la circunstancia que nos rodea para decidir qué queremos que sea nuestra vida. Estamos aquí para “salvarnos” con las cosas, nos dice Ortega, invitándonos a ser como los buenos arqueros, que aciertan un blanco”.

La vida es o puede ser un arte, una aventura, una empresa...

Hay autores que hablan del “arte de vivir”. Claudio García Pintos afirma: “¿Qué significa que vivir es un arte? Fundamentalmente entender que debemos hacernos cargo de nuestra existencia para transformarla en algo más que una biografía, llevándola a ser una historia con sentido. “Hacerse cargo” significa, no solo asumir la responsabilidad de la tarea, sino entender que cada vida es en sí misma única y distinta. Es una “artesanía”.

Añade García Pintos: “¿Cómo aplicamos las características del arte a la vida? Pensemos que toda obra artística se genera en la inquietud espontánea del artista, siempre dispuesto a la creación de algo nuevo y distinto. Inquietud que lo dispone a buscar en lo existente lo aún no existente, la forma original, la imagen inédita. Esa intención, siempre dispuesta, se ve orientada o guiada por la inspiración […] es una anticipación, una captación inmediata. Claro está, para hacer de esa captación una obra, el artista necesita instrumentos aptos, aquéllos que le permitan plasmar su intuición en algo concreto que pueda compartir con los demás”.

Señala también este autor la analogía o comparación que a la inquietud del artista corresponde en la vida la voluntad de sentido de la persona, a la inspiración del artista corresponde la esperanza de la persona, al instrumento del artista corresponde en la vida la autotrascendencia de la persona.

Para acertar en el blanco en la compleja aventura de la vida, en el arte de vivir, proponemos nosotros como orientación y ayuda la observancia y seguimiento de diez reglas prácticas, que ya hemos expuesto con anterioridad.