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domingo, 8 de noviembre de 2020

¿Cómo superar los problemas y las adversidades en la vida?

Hay problemas en la vida fáciles de resolver y otros problemas que son de gran dificultad. Hay igualmente adversidades en la vida fáciles, suaves, muy ligeras y adversidades largas y muy difíciles de resolver o incluso algunas, muy pocas, que son irresolubles.

Pero preguntémonos primero ¿qué es un problema? La gente suele decir que es un asunto o cuestión que hay que resolver o al que buscar una explicación. En la escuela nos decía también el maestro, que ante un problema debemos comenzar con los datos que conocemos, para buscar y hallar un dato desconocido, que es la solución.

¿qué es la adversidad? Es la cualidad de lo adverso, de lo contrario, se refiere a algo o alguien desfavorable para nosotros. La adversidad es una situación en la vida contraria, de mala suerte, difícil de sobrellevar, es el infortunio, suele aparecer inesperadamente muchas veces. Es un suceso o una situación que se caracteriza por la desgracia en la que se encuentra una persona.

Algunos sinónimos de adversidad son: desdicha, desventura, fatalidad, desastre, accidente, tribulación, dificultad, problema, infelicidad.

A lo largo de nuestra vida nos vamos a encontrar todos, sin ninguna duda, con diversos problemas y distintas adversidades. Unos serán problemas más o menos pasajeros y otras serán momentos difíciles o muy difíciles. Las adversidades indican  un estado o una situación de determinada duración, y no  un solo acto desdichado, de mala suerte o desgraciado. Por consiguiente, la adversidad no es única ni accidental, sino más durable en el tiempo.

En las adversidades se conocen las amistades y  huyen  los falsos amigos, pues, ante una situación desgraciada, un verdadero  amigo no abandona al otro. En la adversidad también se descubren las personas fuertes, pues para afrontar la adversidad, salir adelante y superarla, se requiere de paciencia, de esfuerzo, de optimismo, de esperanza, de fortaleza, de valor y temple para no rendirse. Hay que dejar de lado, las quejas, las lamentaciones, hay que superar el mal momento, aprender de ello y centrarse en reconstruir otra vez la vida.

Cada uno tendrá sus dificultades y sus adversidades propias en la vida, lo mismo que sus facilidades y destrezas, unas heredadas otras adquiridas y junto a su entorno constituirán su circunstancia, su vida. Lo ha repetido muchas veces el gran filósofo español José Ortega y Gasset en su célebre fórmula: “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvó a ella, no me salvo yo”. Que con otras palabras diríamos: que si yo no me enfrento al problema y a la adversidad en que me encuentro  y la soluciono, no avanzo sino que me estanco e incluso retrocedo.

Otro filósofo español Julián Marías, discípulo de Ortega nos ha advertido que “la vida es la  mayor dificultad y  creer que la vida es un paraíso es un gran error”.

Ante los problemas y adversidades que nos surgen o nos surguirán más adelante, lo mejor como estrategia es enfrentarnos a ellos, abordarlos, aceptar el desafío y no rendirse, no permitir que nos derroten, no dejarlos sin respuesta y solución. Las adversidades son parte de la vida.

Por mal que nos encontremos, el dolor que experimentemos, la encrucijada en que nos hallemos, no podemos paralizarnos y no avanzar.

La psicología actual recomienda lo siguiente para enfrentarse a situaciones difíciles:

Tomar conciencia del problema o adversidad y aceptarla. Enfrentarse y no evitarla. De lo contrario se prolongará el sufrimiento.

Ante la tensión y estrés que experimentamos, desconectar. Una forma sencilla es pasear diariamente, contemplar la naturaleza y el paisaje.

No disgustarse con uno mismo, sino tratarse con cariño. No te hagas duros reproches, no te enojes ni contigo ni con los demás.

Rodearse de gente positiva. Personas que nos ayuden, nos animen y que comprendan nuestros fallos y defectos.

Escribir un diario. Anotar tus pensamientos y sentimientos permite pensar con tranquilidad y reflexionar. Permite también comprender mejor la situación en que te encuentras.

Hacer otras actividades distintas. Salir con amigos, hacer deporte, ir al cine, asistir a conferencias.

Tener una actitud de aprendizaje. Desechar el mal humor, el derrotismo y adoptar una actitud positiva.

Ver el problema como una oportunidad. Para mejorar en todos los sentidos.

Superar la adversidad es uno de los principales desafíos de nuestra vida. Hay que estar preparado para lo peor por si llegara a ocurrir. La adversidad nos ayuda además a apreciar más y mejor todo cuando los asuntos de la vida  van bien.

Y no olvidar nunca, que tenemos un propósito o una misión que desarrollar en la vida, misión que hemos elegido libre y personalmente y que no podemos dejar que nos la arrebaten.