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domingo, 4 de octubre de 2020

7 estrategias para elevar la creatividad

La creatividad es sinónimo de "pensamiento original", de "imaginación constructiva", también de "pensamiento divergente o crítico". Igual podemos decir creatividad que "pensamiento creativo", que innovación, que inventiva. 

Es cierto  en un primer y rápido análisis de la sociedad en la que vivamos, observamos sin dificultad que hay unas personas más creativas que otras o unas personas más imaginativas que otras.

La imaginación es la capacidad que tiene la persona para representarse mentalmente sucesos, historias o imágenes de cosas, que no existen en la realidad o que son o fueron reales, pero no están ahora presentes. Es también la imaginación la facilidad para concebir ideas, creaciones o proyectos nuevos. Por la imaginación nos diferenciamos de los animales. Para algunos la imaginación es más importante que el conocimiento.

Este nuevo “ser” creado por una persona mediante su imaginación puede adoptar innumerables formas: ya sea una poesía, un libro en prosa, una obra de teatro, un invento o un objeto industrial o manufacturado. Lo que interesa resaltar al historiador y filósofo español Pedro Laín Entralgo en varias de sus obras es la profunda aspiración de la persona, cualquier persona en su acto creador, es el deseo de que  su creación no sólo exista, sino que tenga una validez duradera  e incluso que sirva o exista ya  para siempre, porque dirá al respecto: “¿Qué espera el creador por vocación?. La verdad es que no se contenta sólo con que su obra personal «sea»; pretende también que esa obra suya «siga siendo»; en último extremo, que «sea siempre»”. Piensa de esta forma, que esta aspiración profunda de la persona,  que constituye su trabajo, su esfuerzo, su espera se da en los actos creativos, que el hombre considera importantes, aunque sean cotidianos.

La actividad creativa no la restringe Pedro Laín a los grandes genios, ni del pasado ni del presente, sino que los hombres corrientes y las actividades cotidianas pueden tener originalidad para nuestro pensador: “Todo acto personal, toda operación humana en que se actualizan la inteligencia y la libertad de su autor, es en sí mismo una innovación creadora. No es preciso pensar, para descubrirlo, en las obras cuya genialidad hace incontestable y aún radiante la condición creadora de su génesis: “La Pietà Rondanini o la Crítica de la razón pura. El simple hecho de haber elegido yo una calle y no otra para ir a un determinado lugar de la ciudad en que estoy –el hecho de que yo entienda esa ciudad y haya querido transitarla como efectivamente lo hago–, concede a mi personal deambulación un carácter rigurosamente original: ese acto mío no había existido nunca y no se repetirá jamás; minúsculamente, sin la genialidad esplendorosa de la Pietà Rondanini o la Crítica de la razón pura, es en su esencia tan «creador» como ellas”.

 Uniendo persona y genialidad Pedro Laín llega a decir que: “Cualquier persona, es un petit génie; al menos, cuando vive personalmente”.

Es un hecho evidente que muchos hombres viven y actúan rutinariamente, pero lo que señala  Laín Entralgo es que, cuando alguien se propone tener originalidad, se buscan caminos y metas nuevas, por donde nadie ha ido. Para el novelista francés Guy de Maupassant la originalidad es: “Una forma particular de pensar, de ver, de entender y de juzgar”. Maupassant asocia la originalidad al talento personal escribirá que: “El talento procede de la originalidad”.

Millones de personas actúan en su vida rutinariamente o muy rutinariamente, lo cual empobrece su persona, su vida, su trabajo, su alegría, sus esperanzas y sus ganas de vivir y empobrece también a las demás personas.

Ocurre con bastante frecuencia que pensamos con bastantes fallos o no pensamos o estamos bloqueados. Ante esto existen habilidades o hábitos que pueden ayudarnos a desbloquear el pensamiento, a pensar mejor y a ser más eficientes y creativos.

Para conseguirlo, lo primero que hay que hacer es cambiar algunos hábitos, cambiar algunas costumbres poco productivas. Será necesario romper con la rutina diaria, llevar a cabo cambios, algunos serán sencillos, otros mayores, de cosas que normalmente no hacemos e imponernos un nuevo ritmo o una nueva forma de actuar o de pensar. Es imprescindible cambiar el entorno en el que habitamos, pues de lo contrario no podremos cambiar nuestro comportamiento. Todos podemos pensar mejor, todos podemos mejorar la creatividad.

Las primeras y más sencillas y generales estrategias por las que todos empezaremos a trabajar para ganar creatividad serán: Prestar atención y observar atentamente, fijarse en los detalles aunque sean pequeños, tomar notas en el instante que tengamos una idea.

Con mayor profundidad e intensidad, proponemos trabajar las estrategias que despertarán y después incrementarán nuestra creatividad. Son estas: Hacernos preguntas, Prestar atención, Tomar notas, Fijarse en los detalles, Alcanzar ideas, Tener paciencia, Evaluar nuestras ideas obtenidas o nuestro proyecto, Aplazar el juicio y evitar la precipitación.

Estas estrategias pueden utilizarse tanto a nivel personal como a nivel empresarial.

Las razones por las que proponemos estas estrategias son:

Hacernos preguntas: Hacernos preguntas sobre el asunto que queremos mejorar y respondiéndolas, es una buena forma de estimular la creatividad. El nivel y la calidad de las preguntas mejora la creatividad en cualquier actividad. Nuevas y mejores preguntas darán nuevos y mejores resultados.

Prestar atención: Hay que observar hasta el más mínimo detalle pacientemente las actividades cotidianas. Existen dos problemas  principalmente ir precipitados y hacer varias tareas a la vez.

Tomar notas: Tener cerca o llevar encima libreta y bolígrafo para anotar rápidamente todas las cosas que vemos, oímos o nos llaman la atención por cualquier causa. Actualmente se utiliza mucho hacer una foto con el teléfono móvil. Las mejores ideas surgen en sitios insospechados: la cama, la ducha, el baño, la cocina.

Fijarse en los detalles: Hay que fijarse en todo, hasta en los más pequeños detalles, recordar todo porque el mundo cambia y cada vez se mueve más rápido. El detalle por pequeño que sea puede marcar la diferencia para el éxito. El éxito puede medirse en pequeños detalles, en centímetros.

 Alcanzar ideas: No rechazar nuestras ideas aunque nos parezcan demasiado arriesgadas o absurdas. Hay que insistir y persistir en nuestras mejores ideas, en nuestros mejores proyectos. No siempre pero alguna vez podríamos alcanzar grandes ideas, si trabajamos en la buena dirección.

Tener paciencia: Primero hay que pensar detenidamente nuestras ideas y nuestros proyectos y esperar el momento mejor y más adecuado para llevarlos a cabo.

Evaluar nuestras ideas o nuestro proyecto: No calificar rápidamente, inmediatamente nuestras ideas o nuestro proyecto es conveniente dejarlo reposar un tiempo. La precipitación suele ser mala consejera.

Aplazar el juicio y evitar la precipitación: Hay dos ámbitos a tener en cuenta: elaborar las ideas o proyecto y llevarlos a cabo, realizarlos. Es conveniente hacer varias evaluaciones distanciadas en el tiempo para valorar la calidad del proyecto.

Para mantener, desarrollar y evaluar las empresas mercantiles:

Unas pocas preguntas y sencillas es conveniente que se haga el empresario y se las conteste con objetividad varias veces a lo largo de la historia de su empresa:

¿Cuáles son las ventajas de mi empresa o de mi idea empresarial?

¿Cómo puede dañarse o incluso quebrar mi empresa?

¿Qué cosas debo cambiar en este momento o implantar por primera vez en mi empresa?

¿Qué mejoras urgentes debo realizar en mi proyecto?

¿Cuáles son los cambios que finalmente adoptaré?

¿Acepto de buen grado las propuestas de mejora?