La creatividad es sinónimo de "pensamiento
original", de "imaginación constructiva", también de "pensamiento
divergente o crítico". Igual podemos decir creatividad que
"pensamiento creativo", que innovación, que inventiva.
Es cierto en un primer
y rápido análisis de la sociedad en la que vivamos, observamos sin dificultad
que hay unas personas más creativas que otras o unas personas más imaginativas
que otras.
La imaginación es la capacidad que tiene la
persona para representarse
mentalmente sucesos, historias o imágenes de cosas, que no existen en la
realidad o que son o fueron reales, pero no están ahora presentes. Es también
la imaginación la facilidad para concebir ideas, creaciones o proyectos nuevos.
Por la imaginación nos diferenciamos de los animales. Para algunos la imaginación
es más importante que el conocimiento.
Este nuevo “ser” creado
por una persona mediante su imaginación puede adoptar innumerables formas: ya
sea una poesía, un libro en prosa, una obra de teatro, un invento o un objeto
industrial o manufacturado. Lo que interesa resaltar al historiador y filósofo
español Pedro Laín Entralgo en varias de sus obras es la profunda aspiración de
la persona, cualquier persona en su acto creador, es el deseo de
que su creación no sólo exista, sino que tenga una validez duradera e
incluso que sirva o exista ya para siempre, porque dirá al
respecto: “¿Qué espera el creador por vocación?. La verdad es que no se
contenta sólo con que su obra personal «sea»; pretende también que esa obra
suya «siga siendo»; en último extremo, que «sea siempre»”. Piensa de
esta forma, que esta aspiración profunda de la persona, que
constituye su trabajo, su esfuerzo, su espera se da en los actos creativos, que
el hombre considera importantes, aunque sean cotidianos.
La actividad creativa no
la restringe Pedro Laín a los grandes genios, ni del pasado ni del presente,
sino que los hombres corrientes y las actividades cotidianas pueden tener
originalidad para nuestro pensador: “Todo acto personal, toda operación
humana en que se actualizan la inteligencia y la libertad de su autor, es en sí
mismo una innovación creadora. No es preciso pensar, para descubrirlo, en las
obras cuya genialidad hace incontestable y aún radiante la condición creadora
de su génesis: “La Pietà Rondanini o la Crítica de la razón pura. El simple
hecho de haber elegido yo una calle y no otra para ir a un determinado lugar de
la ciudad en que estoy –el hecho de que yo entienda esa ciudad y haya querido
transitarla como efectivamente lo hago–, concede a mi personal deambulación un
carácter rigurosamente original: ese acto mío no había existido nunca y no se
repetirá jamás; minúsculamente, sin la genialidad esplendorosa de la Pietà
Rondanini o la Crítica de la razón pura, es en su esencia tan «creador» como
ellas”.
Uniendo persona y genialidad Pedro Laín llega a decir
que: “Cualquier persona, es un petit génie; al menos, cuando vive
personalmente”.
Es un hecho evidente que
muchos hombres viven y actúan rutinariamente, pero lo que
señala Laín Entralgo es que, cuando alguien se propone tener
originalidad, se buscan caminos y metas nuevas, por donde nadie ha ido. Para el
novelista francés Guy de Maupassant la originalidad es: “Una forma
particular de pensar, de ver, de entender y de juzgar”. Maupassant
asocia la originalidad al talento personal escribirá que: “El talento
procede de la originalidad”.
Millones de personas
actúan en su vida rutinariamente o muy rutinariamente, lo cual empobrece su
persona, su vida, su trabajo, su alegría, sus esperanzas y sus ganas de vivir y
empobrece también a las demás personas.
Ocurre con bastante
frecuencia que pensamos con bastantes fallos o no pensamos o estamos
bloqueados. Ante esto existen habilidades o hábitos que pueden ayudarnos a
desbloquear el pensamiento, a pensar mejor y a ser más eficientes y creativos.
Para conseguirlo, lo
primero que hay que hacer es cambiar algunos hábitos, cambiar algunas
costumbres poco productivas. Será necesario romper con la rutina diaria, llevar
a cabo cambios, algunos serán sencillos, otros mayores, de cosas que normalmente
no hacemos e imponernos un nuevo ritmo o una nueva forma de actuar o de pensar.
Es imprescindible cambiar el entorno en el que habitamos, pues de lo contrario
no podremos cambiar nuestro comportamiento. Todos podemos pensar mejor, todos
podemos mejorar la creatividad.
Las primeras y más
sencillas y generales estrategias por las que todos empezaremos a trabajar para
ganar creatividad serán: Prestar atención y observar atentamente,
fijarse en los detalles aunque sean pequeños, tomar notas en el instante que
tengamos una idea.
Con mayor profundidad e
intensidad, proponemos trabajar las estrategias que despertarán y después
incrementarán nuestra creatividad. Son estas: Hacernos preguntas,
Prestar atención, Tomar notas, Fijarse en los detalles, Alcanzar ideas, Tener
paciencia, Evaluar nuestras ideas obtenidas o nuestro proyecto, Aplazar el
juicio y evitar la precipitación.
Estas estrategias pueden
utilizarse tanto a nivel personal como a nivel empresarial.
Las razones por las
que proponemos estas estrategias son:
Hacernos preguntas: Hacernos preguntas sobre el asunto
que queremos mejorar y respondiéndolas, es una buena forma de estimular la
creatividad. El nivel y la calidad de las preguntas mejora la creatividad en
cualquier actividad. Nuevas y mejores preguntas darán nuevos y mejores
resultados.
Prestar atención: Hay que observar hasta
el más mínimo detalle pacientemente las actividades cotidianas. Existen dos
problemas principalmente ir precipitados y hacer varias tareas a la vez.
Tomar notas: Tener cerca o llevar encima libreta y bolígrafo
para anotar rápidamente todas las cosas que vemos, oímos o nos llaman la
atención por cualquier causa. Actualmente se utiliza mucho hacer una foto con
el teléfono móvil. Las mejores ideas surgen en sitios insospechados: la cama,
la ducha, el baño, la cocina.
Fijarse en los detalles: Hay que fijarse en
todo, hasta en los más pequeños detalles, recordar todo porque el mundo cambia
y cada vez se mueve más rápido. El detalle por pequeño que sea puede marcar la
diferencia para el éxito. El éxito puede medirse en pequeños detalles, en
centímetros.
Alcanzar ideas: No rechazar nuestras
ideas aunque nos parezcan demasiado arriesgadas o absurdas. Hay que insistir y
persistir en nuestras mejores ideas, en nuestros mejores proyectos. No siempre
pero alguna vez podríamos alcanzar grandes ideas, si trabajamos en la buena
dirección.
Tener paciencia: Primero hay que pensar
detenidamente nuestras ideas y nuestros proyectos y esperar el momento mejor y
más adecuado para llevarlos a cabo.
Evaluar nuestras ideas o nuestro proyecto: No calificar
rápidamente, inmediatamente nuestras ideas o nuestro proyecto es conveniente
dejarlo reposar un tiempo. La precipitación suele ser mala consejera.
Aplazar el juicio y evitar la precipitación: Hay dos ámbitos a
tener en cuenta: elaborar las ideas o proyecto y llevarlos a cabo, realizarlos.
Es conveniente hacer varias evaluaciones distanciadas en el tiempo para valorar
la calidad del proyecto.
Para mantener,
desarrollar y evaluar las empresas mercantiles:
Unas pocas preguntas y
sencillas es conveniente que se haga el empresario y se las conteste con
objetividad varias veces a lo largo de la historia de su empresa:
¿Cuáles son las
ventajas de mi empresa o de mi idea empresarial?
¿Cómo puede dañarse o
incluso quebrar mi empresa?
¿Qué cosas debo
cambiar en este momento o implantar por primera vez en mi empresa?
¿Qué mejoras urgentes
debo realizar en mi proyecto?
¿Cuáles son los
cambios que finalmente adoptaré?
¿Acepto de buen grado
las propuestas de mejora?