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martes, 14 de abril de 2020

¿Quién soy yo, una persona o una cosa?

El primero y principal derecho humano es el de ser persona y ser tratado como tal persona. Este derecho que teóricamente se admite en la actualidad por millones de ciudadanos y estados en todo el mundo, no se ve  reflejado en la sociedad cumplidamente.

Y la persona, millones de personas en las sociedades de nuestro tiempo son tratadas como objetos, como cosas, simples cosas con precio, que se pueden comprar o vender.

Es tan fácil observar que muchas personas son tratadas en el trabajo o en sociedad como simples objetos, como simples cosas, pero como cosas desechables, cosas que pueden reponerse, es decir objetos de usar y tirar.

Así se trata o se utiliza a algunas personas para el beneficio o bienestar de otro o de otros, o de una empresa o de una institución o de un partido político. El propósito es que esas personas sirvan de utilidad a otros, sirvan de placer  a otros, proporcionen más poder o más dinero a otros, sin importar la forma en que se realice.

Esta relación sólo tiene un fin utilitario de aprovechamiento. Olvidando que las personas, que tienen derecho a serlo, se les degrada, se les reduce a mero objeto, a cosa que es útil a  intereses ajenos, así se constituye una variable de las múltiples formas de alienaciones o esclavitudes actuales.

La persona de este modo ya no es un fin en sí mismo, un valor absoluto sino un simple medio útil  para otro o para otros.

 Y se utiliza a los de arriba y a los de abajo. Y utilizan los de arriba y los de abajo. Y los del medio. En estas sociedades actuales, se utiliza y utilizan en sus relaciones algunos de las clases altas, de las clases bajas, de las clases medias. 

La tendencia es utilizar todo el que puede y a quién puede. Es una sociedad fuertemente utilitarista, donde prima sobre todo el interés material o económico.

Para evitar la utilización y tener una vida propia, plena y realizada conviene antes que nada detenerse y preguntarse: ¿quién soy yo, una persona o un objeto?.

¿Y qué es una persona?

Para averiguarlo es imprescindible hacer un breve recorrido histórico hasta la actualidad.

Tomaremos como guía al filósofo español Pedro Laín Entralgo.

En el origen del estudio del tema de la persona están los problemas teológicos,  señala  Pedro Laín que: “La noción de persona fue introducida por el cristianismo”.

Critica Laín la definición de persona de Boecio del siglo V que afirma: “La persona es una sustancia individual de naturaleza racional”, porque al emplear la idea aristotélica de sustancia, ha impedido durante siglos, distinguir con claridad el concepto de “persona y “cosa”.

Sigue nuestro autor enteramente a Kant  en el siglo XVIII, en la concepción de la persona como libertad: “La esencial libertad de la persona y su no menos esencial condición de poseer por autoproposición fines propios”.

Con el filósofo alemán Max Scheler del siglo XX defiende que: “La persona es un centro de emergencia de actos libres”.

Y con el filósofo español Xavier Zubiri del siglo XX afirma que la persona es una: “Realidad sustantiva cuya nota fundamental es vivir en propio”.

Distingue muy radicalmente Pedro Laín que una persona no es una cosa, un qué, sino un quién, no algo sino alguien, un quién que se realiza en los diversos qués (que-haceres), como son: pensar, jugar, alimentarse

La persona será un absoluto, no derivable de otra  realidad. La persona es dirá: La s importante y misteriosa del mundo visible”.

Una serie de cualidades humanas o notas características reconoce Pedro Laín, que diferencian a la persona de los animales: “La serie de novedades cualitativas que respecto de todas las anteriores formas de vida animal, desde la ameba hasta los homínidos  proyectividad, historicidad, apertura a la trascendencia, intimidad, libertad, condición de animal de realidades, concepción del hombre como imagen y semejanza de Dios, etc..

Todas estas notas se integran en la noción de persona o concepto de persona de Pedro Laín, que en diferentes lugares de su extensa obra aparecen expresadas.

Enumera Laín Entralgo las notas que caracterizan a la persona, las concreta en doce características, que son doce recursos, doce posibilidades o facultades que la persona tiene y que puede  ir desarrollando  a lo largo de toda su vida.

Definición de persona
Estas características son dinámicas, no estáticas, hay que ejecutarlas, desarrollarlas, esto es de gran importancia.
                                                                                                       
Así pues definirá a la persona como:
 
a) Intimidad.
 
b)Versión proyectiva hacia el futuro, hacia lo que todavía no es.
 
c)Libertad para decidir y para imaginar.
 
d)Pretensión de trascendencia respecto de todas las cosas mundanales.
 
e)Corporeidad, nota necesaria como punto de partida para entender la actividad  de la persona, pero no suficiente para dar razón de la vida.
 
f)Transparencia unida a la opacidad.
 
g)Una temporalidad cualitativamente distinta de todas las restantes en el cosmos.
 
h)Capacidad para el ensimismamiento, y en consecuencia para el logro  de una soledad por retracción voluntaria.
 
i) Riesgo de la despersonalización.
 
j)Diversificación analógica, en virtud del esencial carácter sexuado de la persona humana. 
 
k) Capacidad para la ilusión.
 
l) Interpenetración con otras personas por obra del amor.

Estas doce notas características de la persona, que ahora por último da Pedro Laín  recogen o integran los hallazgos e ideas de la filosofía española del  siglo XX, principalmente de Ortega y Gasset, Julián Marías y Xavier Zubiri.