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miércoles, 10 de junio de 2020

Cinco sencillos hábitos para mejorar tu autoestima


Se llama autoestima al amor propio, al respeto hacia uno mismo, a la sensación, en definitiva, de encontrarse a gusto en el pellejo que nos ha tocado vivir y es este uno de los pilares más importantes de la estabilidad emocional de una persona.

Hay veces en que somos nuestro peor enemigo y nos sentimos mal por dar rienda suelta a nuestro lado malo, ceder a lo negativo, ceder a lo fácil y a lo inferior.

Los motivos por los que la autoestima se ve afectada a veces son múltiples y muy variados, pero casi siempre se derivan de la presión que el entorno social ejerce sobre nosotros y que a algunos afecta demasiado por la falta de confianza en uno mismo, o por decepciones de índole sentimental, o por otras muchas razones.

Si te encuentras en un período en que lo estás pasando mal, porque no te valoras lo suficiente.  Puedes comenzar a paliar esa ansiedad fomentando una serie de pensamientos positivos, que te ayudarán a empezar a ver las cosas de una forma distinta. Todos ellos comparten un mismo objetivo: impedir que tu lado negativo le gane la partida al lado optimista o positivo.

Para volver a sentirte dominador, realiza estos sencillos hábitos

Para sentirte con dominio de ti mismo, sentirte lleno de  poder para dominar cualquier circunstancia, te proponemos comenzar con estos cinco sencillos hábitos, con estas cinco sencillas rutinas:

-Replica ante lo que no te convence, lleva la contraria

No se trata de buscar siempre la polémica, habrá cosas en las que coincidas con los demás. Pero si hay algo en que no lo haces, no te lo guardes: lleva la contraria, expresa tu disconformidad, pero recuerda, siempre con empatía y respeto por las posiciones diferentes.

Alzar nuestra voz por encima de la de los demás, hacernos escuchar para expresar nuestra forma de entender determinado problema, es algo que a muchos les cuesta horrores, porque durante ese breve lapso de tiempo en que nos estemos explicando, toda la atención recaerá sobre nosotros. Ni lo pienses. Olvídate del miedo a equivocarte, todos lo hacemos. Lo importante es aprender a defender nuestras ideas y valores.

 -Haz más deporte

Es un hecho: la opinión que guardamos de nuestra propia apariencia nos influye a la hora de movernos por la vida con mayor seguridad. Si no nos gusta mirarnos en el espejo y ver que estamos en baja forma, ¿no deberíamos entonces hacer algo para remediarlo?.

Así que líbrate de la pereza y comienza a sudar la camiseta. Verás como empiezas a sentirte reconfortado muy rápidamente. Hacer ejercicio estimula de inmediato la liberación de endorfinas, que son las moléculas que favorecen la sensación de bienestar.

En este punto se pueden incluir otras muchas acciones que pueden ayudarte a verte mejor a ti mismo. ¿Te apetece un cambio de "look", de aspecto? Podrías hacerte un nuevo corte de pelo, por ejemplo. ¿No te gusta la ropa que llevas? Pues no lo pienses más y renueva tu armario. Te mereces verte bien a ti mismo.

-Deja de buscar la aprobación de los demás

Un montón de cosas las hacemos pensando en cómo las percibirá nuestro entorno. A veces nos vestimos para gustar a los demás y buscar sus halagos y su atención, y al no conseguirlo nos frustra. Otras, nos apuntamos a la última moda con reticencias, solo por no quedarnos fuera de onda. Nos callamos nuestros pensamientos por miedo a que no sean aceptados. Incluso podemos acabar abandonando nuestras aspiraciones por darnos cuenta que no reciben reconocimiento social.

Haz una cosa. Empieza a plantearte por qué haces eso que estás haciendo. ¿Es porque tú quieres, o es para agradar a los demás? Si resulta que caes en la cuenta de que efectivamente te mueves por la búsqueda de la aprobación externa, y no te gusta esa idea, deberías abandonar ese pesado hábito y comenzar a actuar en función de lo que te apetezca o te agrade.

Relaciónate más, pero libérate de la gente tóxica

Hay gente negativa que puede ser realmente persuasiva y contagiarte el mal rollo. Gente pesimista que con sus observaciones impertinentes probablemente consiga que tu autoestima se reduzca. No dejes que esas personas te coman la moral. Ahí fuera hay un montón de gente buena. Si crees que no conoces a nadie así, entonces deberías involucrarte en ocupaciones nuevas que te ayuden a conocerla.

Apuntarse a alguna actividad, como aprender un idioma o ir al gimnasio, o retomar el contacto con aquel amigo del que te distanciaste tiempo atrás sin un motivo de peso, pueden ser buenas maneras de conocer a gente para empezar a llevar una vida más social.

Relacionarse es la mejor manera que hay para relajarse, para divertirse, también para recibir apoyo emocional y liberarse de cargas y tensiones o aprender lo que los demás pueden enseñarnos.

-Acepta tus defectos

Todos tenemos esta o aquella cosa que nos gustaría cambiar. Nadie es perfecto. A veces incluso acabamos aceptando, dándonos cuenta de que eso que nos molestaba era una tontería. Hasta puede ser que sea nuestra marca, eso que nos identifica de los demás.

Deberías dejar de ser tan perfeccionista con respecto a ti mismo. Ser ambicioso es bueno, pero siempre cuando se parta de un punto de aceptación y no se convierta en algo obsesivo. Hay que ser realista, aceptar nuestras limitaciones y defectos. Una vez los hayamos identificado y asumido con naturalidad, podremos empezar a trabajar en mejorarlos, con esfuerzo, tesón y constancia, pero sin obstinación.