Se llama autoestima al amor propio, al respeto hacia uno mismo, a la
sensación, en definitiva, de encontrarse
a gusto en el pellejo que nos ha tocado vivir y es este uno de los pilares más
importantes de la estabilidad emocional de una persona.
Hay veces en que somos nuestro peor enemigo y nos
sentimos mal por dar rienda suelta a nuestro lado malo, ceder a lo negativo, ceder a
lo fácil y a lo inferior.
Los motivos por los que
la autoestima se ve afectada a veces son múltiples y muy variados, pero casi
siempre se derivan de la presión que el
entorno social ejerce sobre nosotros
y que a algunos afecta demasiado por la falta de confianza en uno mismo, o por decepciones
de índole sentimental, o por otras muchas razones.
Si te encuentras en un
período en que lo estás pasando mal, porque no te valoras lo suficiente. Puedes comenzar a paliar esa ansiedad
fomentando una serie de pensamientos positivos, que te ayudarán a empezar a ver
las cosas de una forma distinta. Todos ellos comparten un mismo objetivo: impedir
que tu lado negativo le gane la partida al lado optimista o positivo.
Para
volver a sentirte dominador, realiza estos sencillos hábitos
Para sentirte con
dominio de ti mismo, sentirte lleno de poder para dominar cualquier circunstancia, te
proponemos comenzar con estos cinco sencillos hábitos, con estas cinco
sencillas rutinas:
-Replica
ante lo que no te convence, lleva la contraria
No se trata de buscar
siempre la polémica, habrá cosas en las que coincidas con los demás. Pero si
hay algo en que no lo haces, no te lo guardes: lleva la contraria, expresa tu
disconformidad, pero recuerda, siempre con empatía y respeto por las posiciones
diferentes.
Alzar nuestra voz por
encima de la de los demás, hacernos escuchar para expresar nuestra forma de entender
determinado problema, es algo que a muchos les cuesta horrores, porque durante
ese breve lapso de tiempo en que nos estemos explicando, toda la atención
recaerá sobre nosotros. Ni lo pienses. Olvídate del miedo a equivocarte, todos
lo hacemos. Lo importante es aprender a defender nuestras ideas y valores.
-Haz
más deporte
Es un hecho: la opinión
que guardamos de nuestra propia apariencia nos influye a la hora de movernos
por la vida con mayor seguridad. Si no nos gusta mirarnos en el espejo y ver que
estamos en baja forma, ¿no deberíamos entonces hacer algo para remediarlo?.
Así que líbrate de la
pereza y comienza a sudar la camiseta. Verás como empiezas a sentirte
reconfortado muy rápidamente. Hacer ejercicio estimula de inmediato la
liberación de endorfinas, que son las moléculas que favorecen la sensación de
bienestar.
En este punto se pueden
incluir otras muchas acciones que pueden ayudarte a verte mejor a ti mismo. ¿Te
apetece un cambio de "look", de aspecto? Podrías hacerte un nuevo corte de
pelo, por ejemplo. ¿No te gusta la ropa que llevas? Pues no lo pienses más y
renueva tu armario. Te mereces verte bien a ti mismo.
-Deja de buscar la aprobación de los demás
Un montón de cosas las
hacemos pensando en cómo las percibirá nuestro entorno. A veces nos vestimos
para gustar a los demás y buscar sus halagos y su atención, y al no conseguirlo
nos frustra. Otras, nos apuntamos a la última moda con reticencias, solo por no
quedarnos fuera de onda. Nos callamos nuestros pensamientos por miedo a que no
sean aceptados. Incluso podemos acabar abandonando nuestras aspiraciones por
darnos cuenta que no reciben reconocimiento social.
Haz una cosa. Empieza a
plantearte por qué haces eso que estás haciendo. ¿Es porque tú quieres, o es
para agradar a los demás? Si resulta que caes en la cuenta de que efectivamente
te mueves por la búsqueda de la aprobación externa, y no te gusta esa idea,
deberías abandonar ese pesado hábito y comenzar a actuar en función de lo que
te apetezca o te agrade.
Relaciónate
más, pero libérate de la gente tóxica
Hay gente negativa que
puede ser realmente persuasiva y contagiarte el mal rollo. Gente pesimista que con sus observaciones impertinentes
probablemente consiga que tu autoestima se reduzca. No dejes que esas personas
te coman la moral. Ahí fuera hay un montón de gente buena. Si crees que no
conoces a nadie así, entonces deberías involucrarte en ocupaciones nuevas que
te ayuden a conocerla.
Apuntarse a alguna
actividad, como aprender un idioma o ir al gimnasio, o retomar el contacto con
aquel amigo del que te distanciaste tiempo atrás sin un motivo de peso, pueden
ser buenas maneras de conocer a gente para empezar a llevar una vida más
social.
Relacionarse es la
mejor manera que hay para relajarse, para divertirse, también para recibir
apoyo emocional y liberarse de cargas y tensiones o aprender lo que los demás
pueden enseñarnos.
-Acepta
tus defectos
Todos tenemos esta o
aquella cosa que nos gustaría cambiar. Nadie es perfecto. A veces incluso acabamos
aceptando, dándonos cuenta de que eso que nos molestaba era una tontería. Hasta
puede ser que sea nuestra marca, eso que nos identifica de los demás.
Deberías dejar de ser
tan perfeccionista con respecto a ti mismo. Ser ambicioso es bueno, pero
siempre cuando se parta de un punto de aceptación y no se convierta en algo
obsesivo. Hay que ser realista, aceptar nuestras limitaciones y defectos. Una
vez los hayamos identificado y asumido con naturalidad, podremos empezar a
trabajar en mejorarlos, con esfuerzo, tesón y constancia, pero sin obstinación.