La motivación de una persona para actuar, para comenzar a hacer alguna cosa y tratar de realizarla plenamente se debe a un variado conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de la persona.
La palabra motivación viene del latín motivus o motus, que significa “causa del movimiento”.
La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta de una persona, pero la conducta también puede ser estimulada por factores externos tales como: el dinero, los bienes materiales, las opiniones ajenas, el status…
La motivación se ha definido como el
interés, énfasis o entusiasmo, que pone una persona por alguna cosa o para
lograr alguna meta.
La motivación tiene como palabras sinónimas a
la “voluntad” y al “interés”.
Para que una persona se ponga en marcha y se mantenga
constante en el camino de lograr el objetivo, debe de partir de una situación
estimulante, que contiene seis motivos o razones principalmente, que son:
1º.
Sentirse seguro, estar en suelo seguro
2º. Sentirse reconocido
3º. Pertenecer a un
grupo que te dé identidad y apoyo
4º. Tener un reto, un
desafío
5º. Estar mejorando,
creciendo, progresando, no estar estático
6º. Contribuir al bien
de otros, altruismo
En tiempos de crisis ya sea crisis personal, social o
global como la actual pandemia del coronavirus se necesita una doble dosis de motivación, hace falta el doble de coraje.
La motivación se aplica o manifiesta en una amplia serie de impulsos, deseos, necesidades y anhelos.
La motivación intrínseca o interna, la de cada uno es la que nos debe guiar en la vida, la recompensa se dará también en la propia acción y en el propio disfrute de la misma.
En todo en la vida se da la motivación mayor o menor de cada uno y si no se da sobreviene automáticamente la desmotivación o el aumento del desinterés, la desmoralización en todo aquello que estamos haciendo o queremos conseguir.
En las sociedades occidentales actuales vivimos con unas circunstancias externas que, muchas veces, nos llevan a la desmotivación, a la inercia, hacemos muy poco y sin ilusión y como consecuencia sufrimos la frustración y la depresión, tanto en la vida familiar, como en la vida la laboral. Este es el inicio del camino de la inercia, en que nos dejamos llevar por las circunstancias externas y de este modo acabamos actuando de una manera deshumanizada.
Vivir sin motivación nos hace entrar en un mundo que nos convierte en seres mecánicos, autómatas, rutinarios, donde nos olvidamos de nosotros mismos y de nuestras metas.
La psicología, la pedagogía, la filosofía han estudiado en profundidad la motivación de las personas en varios ámbitos de la vida: en el individual, en el laboral, en el empresarial, en el familiar, en el escolar, en el deportivo, en el comercio, en las relaciones sociales. Existen una serie de variadas teorías motivacionales.
La motivación tiene relación con otras variables psicológicas, como el nivel de estrés, la autoestima, la concentración y tiene un efecto en la salud y en el bienestar de cada uno. También se relaciona la motivación con la productividad de una persona en el trabajo o en la vida.
La motivación intrínseca o interior hace referencia a la motivación que viene más del interior del individuo, que de cualquier recompensa externa. Se asocia a los deseos de autorrealización y de crecimiento personal, y está relacionada con el placer que siente la persona al realizar una actividad, lo que permite que una persona se encuentre feliz. Es muy importante la motivación en varios ámbitos, especialmente en la edad escolar con el aprendizaje y en el trabajo profesional.
La motivación negativa hace referencia al proceso por el cual una persona inicia o se mantiene adherida a una conducta para evitar consecuencias desagradables, tanto externas (castigo, humillación…) o internas (evitar la sensación de frustración o el fracaso).
Los especialistas en motivación recomiendan algunas estrategias para motivarse uno mismo como son:
-pensar siempre en positivo y desechar todo lo negativo
-refleja por escrito los progresos
-imaginarte consiguiendo tus metas, visualizar lo que deseas ya conseguido
-preparar tu mente para los momentos de bajón
-buscar un buen consejero, puede evitarnos muchos errores
-descubrir tus verdaderas pasiones, todo aquello que más te gusta realizar
Cuando conseguimos descubrir aquello que nos apasiona,
tarea no siempre fácil y si además tenemos la suerte de podernos dedicar a
ello, también tarea no precisamente fácil, nuestra
motivación interior nos permitirá enfrentar el trabajo y el día a día de un modo realmente
efectivo, feliz y estimulante.