¿Qué es un tesoro? Preguntaba con insistencia un niño a su padre. El papá tuvo que mirar al diccionario y contestar después: un tesoro es una persona o una cosa, o varias personas o varias cosas, de mucho precio y valor y que la gente cree que valen la pena. El papá continuó, un tesoro también es: un conjunto escondido de monedas o cosas preciosas, de cuyo dueño no queda memoria, es desconocido.
Se oye decir a veces a la
gente que: esta persona es un tesoro. Si nos preguntamos: ¿por qué esta
persona es un tesoro? y ¿por qué una persona es un tesoro? Respondemos
con prontitud porque hace cosas valiosas, porque hace cosas buenas, que
son apreciadas normalmente por mucha gente diferente.
Sabemos que hay
desgraciadamente otras personas que son menos valiosas, porque no hacen cosas
tan buenas, de mucho valor, algunas incluso hacen cosas malas o negativas, o
muy negativas.
Es evidente, que todas
las personas no son exactamente iguales, sino que tienen diferentes
desigualdades o grandes desigualdades, por consiguiente, si toda persona es un
tesoro o posee algún tesoro, existirán en la realidad tesoros diferentes y
tesoros muy diferentes.
Volviendo al título, escribíamos:
Tú eres el tesoro. El tesoro está dentro de ti. Entonces lo que tengo
que hacer es no buscar fuera, sino buscar dentro, dentro de mí, en mi
interior ante cualquier asunto o problema que me plantee la vida.
Así lo han entendido
infinidad de pensadores en todos los tiempos, uno de ellos ha sido Hermann Hesse (1877-1962), poeta, novelista, pintor alemán con obras notables como: El juego de los abalorios, Demian, El lobo
estepario, Siddhartha. Fue Premio
Nobel de Literatura en 1946. En
el prólogo a su libro Demian escribe:
La
vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la
huella de un sendero.
Ningún
hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo,
oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede… podemos
comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno… alguno
no llega jamás a ser hombre.
Hermann
Hesse también ha afirmado en Demian:
Las
cosas que vemos son las mismas cosas que llevamos en nosotros. No hay más
realidad que la que tenemos dentro, por eso la mayoría de los seres humanos viven
tan irrealmente; porque creen que las imágenes exteriores son la realidad y no
permiten a su propio mundo interior manifestarse.
En
un mundo tan exteriorizado como el nuestro actual, que mira y actúa tan desde
fuera de sí mismo, las palabras de Hermann Hesse no deberían caer en saco roto.