Lo que busca la productividad es en general medir la eficiencia de la producción y el rendimiento de una persona.
Así podemos preguntarnos ¿cuánto produce al día, a la semana o al mes un trabajador?, ¿cuánto produce este equipo de trabajo?, ¿cuánto produce esta máquina? y también ¿cómo produce?, ¿cuál es su calidad?, ¿cuál es su rendimiento?.
Hoy nos centraremos en averiguar qué cosas nos retrasan incluso nos impiden ser más productivos, que muchas veces y a la vez nos retrasan en ser más y mejores personas.
Estas cosas que nos retrasan nuestro rendimiento en el trabajo o en el crecimiento como personas son los hábitos, en concreto son malos hábitos, pero si nos mejoran serán buenos hábitos.
Recordemos que se llama hábito a cualquier conducta repetida regularmente, solemos llamar también al hábito, costumbre. Podemos repetir muchas cosas en la vida, cosas buenas, menos buenas, malas o muy malas. Y las llevamos a cabo más o menos conscientemente y en general lo hacemos por decisión o elección libre por nuestra parte.
Cuando repetimos muchas veces una acción, por ejemplo, comer comidas saludables, entonces conseguimos perfeccionar esta costumbre o hábito y cada vez encontramos más facilidad y más adecuación para hacerlo. Al principio tenemos más dificultades, y cuando repetimos la acción muchas veces, ya todo es facilidad. De esto se deduce la gran importancia de adquirir buenos hábitos, de conseguir tener buenas costumbres.
También existen obstáculos o dificultades para llegar a obtener un hábito en nosotros, es decir conseguir hacer una determinada acción con facilidad. Centrémonos en observar los obstáculos para adquirir los dos hábitos: de ser más productivo y también el hábito de ser mejor persona o una persona más completa.
Los obstáculos pueden ser de dos clases: dificultades del tiempo actual y dificultades clásicas de siempre o de todos los tiempos. Veamos.
Las dificultades del tiempo actual o de nuestra época son: Las nuevas tecnologías (redes sociales: Twitter, Facebook, Youtube, Whatsapp); Los teléfonos móviles; Los ordenadores personales o PCs, Los Videos, Las Fotos, Los juegos virtuales. Los diversos canales de televisión. Es un tiempo de gran abundancia informativa, con las nuevas tecnologías se ofrece la posibilidad de hacer millones de opciones que nos permiten pasar el tiempo alegremente pero nos distraen del objetivo principal con lo cual tenemos mucho peor rendimiento. Las nuevas tecnologías nos quitan mucho tiempo, nos distraen en exceso.
Especialmente niños y adolescentes pueden quedar atrapados en estas tecnologías y llegar a ser adictos. Con lo cual se obtiene menor rendimiento en el trabajo y si se llega a la adición en estas tecnologías o juegos se estanca la persona, se retrocede en progreso personal y se llega a ser víctima de estas tecnologías. Para evitar esto es necesario el control de los padres. Los adultos también pueden caer en los malos hábitos del juego con estas tecnologías on line, en línea mediante internet. Estas tecnologías mal utilizadas pueden afectar a la persona en su trabajo profesional y en su vida personal. Es de gran importancia adquirir buenos hábitos de trabajo y rendimiento evitando el mal uso de estas variadas tecnologías.
El buen rendimiento profesional y el desarrollo en mejorar como persona casi siempre van unidos. Con una misma actividad podemos conseguir mejor rendimiento y conseguir a la vez ser mejor persona o una persona más completa.
Los obstáculos de siempre o de todas las épocas para mejorar el rendimiento laboral y personal, escuetamente podrían ser:
-Hacer varias cosas a la vez. Así no tardamos menos sino más tiempo y el resultado es de peor calidad.
-Postergar las decisiones. Es por causa de la pereza, porque dudamos demasiado, porque tenemos miedo o estamos inseguros. Por falta de energía en nuestro cuerpo. Pero alguna vez tendremos que enfrentarnos al problema.
-No dormir bien. Es la causa de la falta de energía para trabajar bien, estamos de mal humor y no ponemos interés en lo que hacemos.
-No comer saludablemente. Así nuestro cuerpo funciona peor y el resultado de lo que estamos haciendo será peor.
-El desorden. Tardarás más tiempo en acabar el trabajo, pues no encontrarás las cosas. Te sentirás también incómodo.
-Pensar poco en el presente. De este modo no nos concentramos lo suficiente y por tanto tenemos menos control sobre lo que estamos haciendo.
-Quejarse constantemente y por todo. Nos impide tener una actitud mental positiva ante los problemas de la vida.
-No saber decir “no”. Porque si dices sí a otro proyecto perjudicas lo que estás haciendo y tienes mayor dispersión.
-No hacer las cosas bien la primera vez. Pues tendrás que repetir el trabajo y perderás más tiempo. Y afectará también a las tareas posteriores. Así disminuyes la productividad.
-Ser excesivamente perfeccionista. De este modo no acabarás nunca el trabajo. Es mejor buscar la opinión de otro.
-Preocuparse demasiado por las críticas. Hay que aprender de los errores y las críticas constructivas. Hacer caso a las críticas negativas y malintencionadas es perder el tiempo, hay que olvidarlas.
-No hacer descansos. Es conveniente relajarse entre tarea y tarea si no nos agotaremos antes y haremos las cosas peor.
-No permitir que otros controlen tu tiempo. Tú debes decidir sobre tu tiempo, decidir cómo organizarte y decidir cuándo y cómo hacer una tarea pues te conoces mejor.