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martes, 21 de mayo de 2019

El fin último de la vida

El fin último de la vida

Álex Rovira (1969) es un escritor, conferenciante, economista, y empresario de éxito. Ha vendido ocho millones de ejemplares de sus libros. Una de sus obras más importantes es La buena suerte (2004), que ha sido traducida a varias lenguas extranjeras. Pero vamos a fijarnos en otro libro suyo reciente, titulado Amor (2019), publicado por la Editorial Planeta.


En la primera página de Amor aparece una cita del pensador estado- unidense Henry David Thoreau (1817-1862) que dice: "El amor no solo debe ser llama, sino también una luz".

Álex Rovira basa su libro en dar una nueva definición o enfoque del amor. Deja de lado hablar del amor como tradicionalmente se presenta: desde el eros (amor erótico), desde la philia (la amistad), desde el agapé (amor incondicional), por ejemplo por los hijos.

Lo que busca el autor en el libro es llevar todo el poder del amor a la vida, a nuestra vida, a la vida de cada uno. 

Así concibe el amor en tres dimensiones y las va desarrollando: primero amar es comprender, en segundo lugar amar es cuidar, es expresar nuestro amor con acciones; en tercer lugar amar es inspirar, para que la persona amada pueda construir nuevas realidades tangibles y nuevos sentidos en la vida.

Si nos preguntamos:  ¿Qué hace el amor?. El autor nos contesta: "El amor mueve el mundo, da sentido a nuestra vida, nos impulsa y hace crecer, es el principal motor de la transformación humana es, en definitiva, la energía más poderosa del universo". 

Inserta Álex Rovira en el libro varias citas significativas de autores importantes, entre ellas las de Viktor Frankl, médico psiquiatra creador de la logoterapia o curación por el sentido. 

Una cita es esta El fin último de la existencia (o de la vida), que  reproducimos, para que cada cual la lea, la relea y reflexione a fondo:
   
Un pensamiento me petrificó: por primera vez en mi vida comprendí la verdad vertida en las canciones de tantos poetas y proclamada en la sabiduría definitiva de tantos pensadores. La verdad de que el amor es la meta última y más alta a la que puede aspirar el ser humano.

Fue entonces cuando aprehendí el significado del mayor de los secretos que la poesía, el pensamiento y el credo humanos intentan comunicar: la salvación del ser humano está en amor y a través del amor.

Comprendí cómo el ser humano, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad -aunque sea solo momentáneamente- si contempla al ser querido. 

Cuando el ser humano se encuentra en una situación de total desolación, sin poder expresarse por medio de una acción positiva, cuando su único objetivo es limitarse a soportar los sufrimientos correctamente -con dignidad-, ese hombre puede, en fin, realizarse en la amorosa contemplación de la imagen del ser querido. 

                                                         Viktor Frankl (1905-1997)