La amistad es lo más necesario para la vida, la frase es de Aristóteles (384 años a. C), importante filósofo griego y se encuentra en su libro Ética a Nicómano (Eth. Nic. VIII.1156 a).
Los tres grandes pensadores
del mundo griego clásico, Sócrates, Platón y Aristóteles vieron en la amistad
un asunto necesario y profundo para reflexionar en la vida, para pensar
pausadamente.
Nos preguntamos si sigue
siendo verdad esta afirmación de Aristóteles hoy en día: La amistad, lo más
necesario para la vida, escrita hace más de dos mil trescientos años. La
respuesta es sí, pero situando y comprendiendo bien algunos matices.
Hoy en 2024 en Europa y
en otros países tenemos unas sociedades egoístas, desgarradas, inauténticas para
la mayoría de sus ciudadanos. Para estos ciudadanos la amistad no es lo más
necesario para la vida, ni para la vida en común ni para la suya propia.
Porque ellos, muchos de ellos pretenden conseguir sus objetivos a toda costa,
pasando por encima de los derechos y oportunidades de los demás, nada les
detiene, lo avasallan todo. Los otros son rebajados a objetos, a cosas, no los
consideran con el respeto y la necesaria relación de igualdad. Las relaciones
así son indiferentes, distantes y en algunos casos violentas. En la
indiferencia y en la violencia hay muchos grados. La vida se vuelve así, en la
práctica, en una lucha sórdida, silenciosa, con poca convivencia, con poca
relación afectiva y comprensiva del otro y de su circunstancia.
Basta ir por la calle y
encontrarse con una infinidad de gente, que no se saluda, que sigue solamente a
lo suyo y que si te descuidas aprovecha la situación para rebajarte o
humillarte. Actitudes estas profundamente inamistosas.
En estas sociedades, en
esta vida actual ¿dónde encuentras la amistad? o ¿dónde ves amistad hoy?. Pues
en pocos sitios y prácticamente no se ve. Y encontrar amigos a lo largo de toda
la vida es un bien escaso y tan escaso. Con toda certeza dice un viejo refrán
español: “Un amigo es un tesoro”, por lo pronto un amigo es difícil de
tener, incluso de encontrar, entre la gran maraña de conocidos, falsos amigos,
o amigos de ocasión y de momento.
Entonces ¿qué es la
amistad?, ¿qué es un amigo?. Mucha gente, muchos pensadores han contestado
sobre qué es la amistad en sus escritos a lo largo de la historia, recordemos
aquel clásico De amicitia (Sobre la amistad) del ciudadano romano Marco
Tulio Cicerón (106 - 44 antes de Cristo). El título exacto del
libro en latín es Laelius, sive De amicitia (Lelio, o Sobre la amistad). Gayo Lelio
acababa de perder a su amigo Escipión Emiliano en la toma de Numacia y habla
con sus yernos sobre la práctica de la amistad. Escribe aquí Cicerón una bella
y cierta sentencia: “Quienes quitan la amistad de la vida parecen quitar el
sol del mundo”. En el capítulo XIII, 47 del De amicitia afirma Cicerón
que: “El mundo en que vivimos se halla menesteroso de amistad”, otra afirmación
es que la “ única amistad posible es entre iguales”. Pondera la importancia de la amistad para
conseguir la felicidad humana, elevando la amistad a lo más digno de la
naturaleza humana. La amistad verdadera se da entre iguales, así entre dos
ciudadanos libres, pero no es la misma amistad entre un ciudadano libre y un
esclavo tanto en aquella sociedad romana como en cualquier otra sociedad y
momento.
El tema de la amistad
tiene una larga historia y evolución. Pedro Laín Entralgo, filósofo español del
siglo XX ha investigado el tema en su libro Sobre la amistad (1972).
Analiza detenidamente: La amistad en la Grecia Clásica; La amistad en la Grecia
Helenística y en Roma; El cristianismo y la amistad; Visión cristiana de la
amistad desde San Agustín hasta santo Tomás de Aquino; Santo Tomás de Aquino y
la amistad; La amistad en el mundo moderno: Kant; Vicisitudes postkantianas de
la amistad.
También ofrece una teoría
de la amistad, que muy resumidamente vamos a esbozar.
La definición de amistad
que da Pedro Laín en su libro es: “Es una peculiar comunicación amorosa entre
dos personas, en la cual, para el mutuo bien de estas, y a través de dos modos
singulares de ser hombre, se realiza y perfecciona la naturaleza humana”.
Tenemos una relación o
una clase especial de amor entre dos personas diferentes y se relacionan para
beneficiarse o ayudarse los dos mutuamente.
La peculiaridad de la
relación amorosa la concreta en la donación, el dar de sí, dando algo de
lo que yo soy o hago, algo de lo que tengo y lo doy libre y amorosamente.
Las notas distintivas o
características de la amistad para nuestro autor son: la benevolencia, la
beneficiencia, la benedicencia y la confidencia.
La benevolencia es
querer el bien del otro. La beneficiencia es hacerle el
bien. La benedicencia es decir bien del amigo. La confidencia
es darle una parte de la intimidad propia. Al amigo verdadero se le
hacen confidencias personales, se le dicen secretos.
Una primera preocupación
de Pedro Laín le lleva a diferenciar, lo que no es todavía auténtica
amistad, así reconoce que: La camaradería, la afabilidad o simpatía, la
tertulia, la projimidad y el enamoramiento, pueden coincidir con la
amistad o combinarse o fundirse con ella, pero se diferencia de ella
esencialmente.
Son muchos los autores
que han hablado sobre la amistad, la falsa amistad y la enemistad. Según
Eduardo Tijeras: “No hay asunto que se preste a más equívocos y ambigüedades
que el de la amistad ni que sea en sí mismo más delicado y propenso a
sentimentalismos fáciles”.
Acudiendo también
nosotros a los clásicos, Jean Jacques Rousseau nos advertirá que: “No
conozco mayor enemigo del hombre que el que es amigo de todo el mundo”, también
San Jerónimo decía que: “Una amistad que puede acabar, nunca ha sido
verdadera” y Baltasar Gracián recordaba: “Entre ruines nunca hay
verdadera amistad”. Deberemos tener siempre presente el consejo del
emperador Napoleón cuando señalaba: “Nunca sabréis quiénes son vuestros
amigos hasta que caigáis en desgracia”.
La auténtica amistad existe,
aunque escasamente en este mundo actual.
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