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domingo, 21 de abril de 2019

La vida se hace hacia adelante, hacia el futuro

La vida se hace hacia adelante, se vive mirando al futuro, aunque cada uno haga su camino de manera diferente. Señalaba Julián Marías en sus Memorias que:
 
 Vivir hacia adelante, es la única manera posible.

El hombre viviendo tiene que necesariamente elegir constantemente entre varias posibilidades, pudiendo acertar o equivocarse. Desde el presente la persona tiende al futuro, piensa o proyecta que hará en el momento siguiente, al día siguiente, al mes próximo o en los años venideros.

Proyecta porque espera alcanzar una meta, lograr un objetivo o realizar un sueño. Ortega y Gasset lo muestra así: 
 
La vida del hombre es, por lo pronto, constante movimiento hacia algo, permanente anhelo de metas sucesivas y cambiantes.

Pedro Laín Entralgo considera que el “futuro es vida proyectada, proyecto”. El proyecto de vida es aquello que cada uno ha decidido libremente ser y confía lograr. Las metas o el proyecto que la persona se va proponiendo a lo largo de su vida buscan siempre la felicidad.

Sabemos que el futuro es incierto y problemático o quizá no nos depare felicidad sino sufrimiento, pero no por ello podemos dejar de movernos hacia el futuro. La razón de este movimiento hacia adelante del hombre es debida a la esencia de su ser que es abierta, es un ser inquieto, un ser siempre deseoso de cosas nuevas.

La vida del hombre tiene limitaciones, el hombre no lo puede todo y su vida en consecuencia es menesterosa, caminante, sometida a la enfermedad y al dolor pero dirá Ortega y Gasset, el gran filósofo español, que no es necesariamente infeliz. Nos ha seguido diciendo Ortega que la felicidad:
 
Es la vida dedicada a ocupaciones para las cuales cada hombre tiene singular vocación [...] la vocación es una tarea absorbente y gustosa.

El hombre, cada hombre, cada joven tiene ante sí una importantísima tarea, la de inventar, diseñar y decidir libremente su proyecto de vida personal.

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