El poder de la mente es extraordinario y muy efectivo. La
primera tarea para solucionar
cualquier problema personal, laboral, social, de todo tipo es pensar.
El pensamiento tendrá que activarse en relación al asunto que
nos preocupa. Pensar
bien y sin errores se hará necesario, pero deberemos proveernos de técnicas
eficaces y además aplicarlas.
Hay que resolver cada problema cuando se tropieza uno con él y no
hay que aplazar las
decisiones. El aplazar las cosas y no enfrentarse a los problemas los agrava.
Los problemas son oportunidades sin resolver. Si se piensa primero en el
problema, la solución estará medio hecha.
Pensamos para obtener conocimiento
pero el conocimiento ha de ser cierto y exacto. El conocimiento se puede obtener en cualquier parte y
en todas las partes, en los libros, en las cosas, de las personas,
de la historia, de los sucesos, de la observación. El conocimiento va precedido
de la información y se enriquece con el análisis y la experiencia.
El pensamiento tiene tanta fuerza que hay autores que afirman
que uno acaba siendo lo
que piensa. Los cambios de pensamiento cambian los resultados. Para que el pensamiento en las personas progrese se debe
evitar que los “muros mentales” las bloqueen.
Estos muros son los
miedos, las inhibiciones, las fobias que nos paralizan y no nos permiten progresar. Una vez que
hemos pensado sobre la
mejor solución del problema, debemos tomar la decisión de llevarla a cabo, de realizarla sin
vacilar.
Las decisiones que no llegan a convertirse en acción,
son de poco valor o quizá inútiles.
Los pensamientos se albergan en la mente de cada uno. Las
verdaderas riquezas de
la vida se esconden en el corazón y en la mente del hombre.
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