Enfrentarse
a las circunstancias o problemas de la vida es una escuela directa en la que
debemos aprender por medio de las diversas experiencias personales.
Para
Viktor Frankl, el gran psiquiatra vienés que estuvo prisionero en Auschwitz lo
importante “no es lo que nosotros
esperamos de la vida sino qué espera la vida de nosotros”.
En
cualquier situación, en la enfermedad o en la salud, en la pobreza o en la
riqueza, en el desprecio o en la marginación, en la soledad o en la amargura,
en la juventud o en la vejez, en la ignorancia o en el conocimiento, la vida es
siempre importante. Tu vida, mi vida, la vida de todos son importantes.
La
vida siempre merece ser vivida. En el juego de la vida no es necesario ganar
siempre, no podemos cambiar algunas cartas que nos han tocado, pero si jugar la
partida.
Lo
fundamental es no dar por perdido el combate y lo más necesario es hacer tu
contribución a la vida.
El
creador de la filosofía del sentido, la logoterapia, Viktor Frankl afirmaba que
“el hombre está dispuesto a vivir a
condición de que su sufrimiento tenga un sentido”. Ha añadido Frankl que: “Lo que importa no es el sentido de la vida
en términos generales, sino el significado de la vida de cada de cada individuo
en un momento dado”.
En
la vida, en todas las diversas circunstancias señala el gran filósofo español
José Ortega y Gasset que: “Las
circunstancias enmarcan el trayecto. Pero también está limitada por la
fatalidad que nunca nos determina completamente, sino que en todo instante y
situación no sólo podemos, sino que inexorablemente tenemos que elegir lo que
vamos a hacer”.
Sigue
completando Ortega y Gasset la idea: “A la
persona, al contrario que al animal, no le es dada la vida, sino que tiene que
hacérsela él; y tiene que hacérsela quiera o no, necesariamente. La vida es
pues, un “quehacer”.
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