Vivir
como persona es crear
“El hombre es el compositor y el
ejecutor de la melodía de su propia vida” afirmaba el filósofo
Manuel García Morente.
La
felicidad se alcanza según Pedro Laín Entralgo: “en el esfuerzo por la realización de nuestra vocación, pudiendo
moverse desde lo más ínfimo hasta las cotas más sublimes. Puede ser uno “poeta
de sí mismo”, aún en las cosas más sencillas, porque la vocación tiene un
progreso y un desarrollo no cerrado”.
Según
esto la actividad personal o vocacional es una actividad creadora.
Las
tareas cotidianas pueden ser originales y creadoras, cuando la persona pone en
acción su inteligencia, su voluntad, su libertad y su talento.
En
el acto creativo hay que distinguir lo que “recibo” y lo que uno “pone” o
innova.
El
trabajo creativo implica esfuerzo, esta tarea tiene las notas de: originalidad, osadía, gratuidad,
contingencia, goce doloroso y abertura a la infinitud.
Cuando
una persona crea está en el ámbito de la esperanza.
La
rutina diaria podemos convertirla en nuevos caminos, nuevas metas, y nuevas
creaciones llenas de originalidad. Crear como a veces se dice nos hace únicos.
El
mejor modo y ámbito para crear es la propia vocación.
La
vocación es una actividad muy absorbente, la que más me gusta y prefiero, es también
una profesión que se elige libre y personalmente.
El
acto creador, la vocación personal necesitan libertad para crecer.
La
vocación anida en ese hondón profundo de la persona.
La
vocación es “el cauce propio de la
creación humana” según Pedro Laín.
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