El ambiente, los amigos
del barrio, los amigos de la escuela, las personas de la calle podrían
“quitarte” las cosas mejores y más valiosas de la vida, porque son la mayor
influencia sobre tí.
La persona es como una
emisora y receptora de radio que no para de emitir y recibir ondas; los
mensajes de otras personas pueden llegar a contagiarte, a influirte, incluso
convencerte y llegar a convertirse sus mensajes en tu estado mental y de este
modo te haces como ellos.
Con el paso del tiempo tu
medio ambiente puede hacerse tan fuerte y tan poderoso que venza tu fuerza de
voluntad. Para un noventa por cien de personas es el ambiente el que las
controla, por tanto asegúrate de controlar tu ambiente.
Evita situaciones,
amigos, compañeros, socios que tiendan a retrasarte en tu camino y en tus metas.
Un gran porcentaje de personas de tu entorno tiene ideas negativas, ideas
derrotistas, dañinas. Debido a que las oímos constantemente pueden contagiarte
con sus mensajes negativos.
Tendrá que hacerse un
esfuerzo constante y diario por permanecer con ideas positivas y con acciones
en la buena dirección, sin dejar de caminar alegres y con sana autoestima.
Antes de unirnos a
algunas personas o a la multitud debemos preguntarnos por la dirección que
nosotros queremos tomar.
Todos deseamos
integrarnos en nuestro entorno, nos sentimos orgullosos de pertenecer a un
grupo, pero corremos el riesgo de ser parcial o totalmente destruidos por él.
La cara positiva de la
diversión es que relaja de la tensión del trabajo, socializa, establece
relaciones de amistad, posibilita conocer e interesarse por actividades
culturales distintas de las del trabajo ordinario y hacen crecer a la persona.
La cara negativa de la diversión, los abusos
en los juegos, bebidas, drogas estancan, hacen retroceder o degradan a las
personas.
Con las amistades importa
siempre más la calidad que la cantidad.
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