Necesitamos una “organización” del tiempo, tanto del tiempo de trabajo productivo, como del tiempo de ocio o tiempo libre, para así saber qué cosas hacer y obtener mejores resultados, mientras el tiempo transcurre en nuestra vida.
El tiempo es un recurso
precioso e importantísimo especialmente para una persona que quiera alcanzar
alguna meta. De aquí se deduce, que si se quiere conseguir cualquier meta será
necesario saber utilizar bien el tiempo,
es decir saber también cómo evaluarlo y analizarlo y considerando las
posibilidades de mejora.
La
división del día
Sabido es por todos que
las veinticuatro horas del día se suelen ocupar
en: -ocho horas para dormir; -ocho
horas para el trabajo; -ocho horas para el tiempo libre.
En las ocho horas del
sueño poco se puede organizar porque el cuerpo necesita las ocho horas para
recuperar las energías gastadas el día anterior de lo contrario la salud se
resiente si le robamos alguna hora.
Las ocho horas de
trabajo en la empresa, fábrica, oficina podemos actuar centrándonos en nuestra
meta, dando lo mejor de nosotros mismos y haciendo algo más de lo estrictamente
necesario.
Las ocho horas del
tiempo libre también necesitan organización si no las desaprovecharemos en
actividades rutinarias y muy cómodas, como ver excesiva televisión u otras… Es
necesario organizarse para hacer lo que uno desea hacer.
Todos tenemos gran
variedad de actividades con las que pasar el tiempo libre, pues de este modo
satisfacemos el hambre de estímulos o de sensaciones que tenemos.
Necesitamos crearnos o
que nos creen situaciones en las que obtener estímulos sensoriales, para no
aburrirnos en la vida y sentir que estamos vivos, sentirnos bien.
La estructuración u
organización del tiempo libre es para posibilitar satisfacer varias cosas: la
necesidad de reconocimiento; la relación con otros de una manera segura y predecible;
para obtener e intercambiar un tipo especial de sensaciones, que sólo puede
ofrecer otro ser humano.
La
división de las actividades diarias
Todo en esta vida
necesita un orden, si se quiere progresar.
En primer lugar hay que
hacer una lista o inventario de todas las actividades o cosas que hay que hacer
en el día, en la semana y en el mes. Para llevarlas a cabo es necesario introducir
un orden de realización y hacerlas según nuestras prioridades.
Esta lista de
actividades las separará en cuatro secciones diferentes tituladas: Actividades Importantes
y urgentes; Actividades Importantes no urgentes; Actividades no importantes
pero urgentes; Actividades no importantes y no urgentes.
Para la realización de
las actividades es conveniente:
-anotar el día y la
hora en que se acaba la actividad o tarea.
-es importante revisar
cada día el estado o la finalización de las tareas.
-tiene que tomar decisiones
objetivas para clasificar las distintas actividades en importantes o no y en
urgentes o no.
- al acabar una tarea
táchela.
-deseche los papeles
superfluos que te llegan.
-las tareas rutinarias
crecen sin que nos demos cuenta por lo que deberá tomar una decisión firme para
hacer las cosas que considera importantes.
Un
modelo ideal de distribución del tiempo libre
Las ocho horas
dedicadas al tiempo libre podrían distribuirse del siguiente modo:
-Un hora de meditación
al día, reflexionando sobre:
-un plan para lograr su objetivo
principal.
-autoanálisis personal
identificando los
miedos y las dificultades y haciendo planes
para superarlos.
-las cosas a las que debe dar
prioridad.
-mejorar las relaciones
con los demás.
-Dos horas de actividad para la familia o su comunidad.
-Una hora de actividad
para perfeccionarse: estudiar, leer o practicar.
-Una hora dedicada a
estar con amigos íntimos o grupos culturales.
Todavía quedan tres
horas para la relajación y el recreo.
El programa sería seguir
de este modo seis días a la semana y un día dedicarlo a actividades totalmente
libres y relajantes y actividades religiosas.
Digno de guardar y reflexionar APB
ResponderEliminarDigna entrada para guardar y reflexionar APB
ResponderEliminar